VIÑA ARANA GRAN RESERVA 2015

Viticultura:
La viticultura de la bodega se extiende por fincas de renombre como Las Cuevas, El Palo y Las Monjas en Rodezno, así como Montecillo en Fuenmayor. Estas parcelas albergan cepas de Tempranillo y Graciano, con una antigüedad que supera los 40 años. Esta larga historia vitivinícola confiere a las uvas una riqueza y complejidad únicas, caracterizadas por su profundo arraigo en el terruño riojano.
Las fincas seleccionadas, situadas en Rodezno y Fuenmayor, son emblemáticas en la región, conocidas por su microclima favorable y suelos óptimos para el cultivo de la vid. La Tempranillo, proveniente de Las Cuevas, El Palo y Las Monjas, aporta la base estructural y la frutosidad característica de los vinos de la bodega. Por otro lado, la Graciano, cultivada en Montecillo, añade complejidad y carácter con su distintivo perfil aromático y su contribución a la estructura del vino.
Elaboración:
La vendimia comenzó con la recolección de la Tempranillo, seguida 20 días después por la Graciano. Se implementó un sistema de transporte refrigerado en cajas pequeñas para mantener la integridad de la uva. Por primera vez, se utilizó un sistema óptico de selección de uvas, garantizando solo las de la más alta calidad. La fermentación alcohólica tuvo lugar en depósitos de acero inoxidable durante 19 días, seguida de una fermentación maloláctica natural.
Envejecimiento:
Este tinto es un Gran Reserva. Después de una cuidadosa selección de lotes en febrero de 2016, se llevaron a cabo tres años de crianza en barricas de roble americano de fabricación propia, con un promedio de edad de 4 años y medio. Durante este tiempo, se realizó una trasiega cada 6 meses siguiendo el método tradicional. Finalmente, el vino fue embotellado en diciembre de 2019.
Añada:
La añada del 2015 en La Rioja se caracterizó por un inicio prometedor, con condiciones climáticas favorables y un excelente crecimiento de la vid, anticipando una cosecha de alta calidad. Sin embargo, desafíos climáticos durante la temporada de maduración exigieron un trabajo meticuloso en los viñedos para garantizar el desarrollo óptimo de las uvas. Gracias a una rigurosa selección durante la vendimia, se recolectaron uvas en condiciones sanitarias óptimas, con un equilibrio ideal entre azúcares y compuestos fenólicos. Este escenario permitió la elaboración de vinos de destacada calidad y estructura.
Clima:
El clima continental con influencias del Atlántico se caracteriza por inviernos fríos y veranos cálidos, generando una amplitud térmica marcada. Esta combinación favorece la maduración completa de las uvas durante los cálidos veranos, mientras que las noches frescas mantienen la acidez natural, contribuyendo a la frescura del vino. Además, los inviernos fríos ayudan a controlar plagas y enfermedades en los viñedos. Esta diversidad climática permite producir una amplia gama de vinos, desde blancos frescos hasta tintos complejos, con una buena concentración de sabores y aromas y una estructura equilibrada.
Suelos:
Los suelos calcáreos son ricos en carbonato de calcio y ofrecen beneficios significativos para el cultivo de la vid. Este tipo de suelo ayuda a regular el drenaje, lo que evita la retención excesiva de agua y previene el encharcamiento de las raíces de las vides. Además, los suelos calcáreos tienden a tener un pH más alto, lo que favorece la absorción de nutrientes por parte de las plantas. En términos de sabor, los vinos producidos en suelos calcáreos suelen tener una mayor acidez y una estructura más equilibrada. También pueden exhibir características minerales distintivas, aportando complejidad y carácter al vino. En resumen, los suelos calcáreos contribuyen a la calidad y al carácter único de los vinos que se producen en ellos.
Propiedades:
Vol. Alcohol: 14,5%.
Descripción del vino:
Presenta un intenso color cereza picota, de capa media alta, con un elegante borde granate.
En nariz, revela una amplia variedad de aromas a frutas rojas como ciruela, zarzamora y arándanos rojos, acompañados de sutiles notas de pastelería, café, caramelo, cedro, vainilla y canela, que le aportan un bouquet frutal y balsámico.
En boca, destaca por su equilibrio entre el alcohol y la acidez, así como por su frescura. Los taninos son pulidos y amables, otorgándole una estructura refinada y un paso fresco y delicado. Su retrogusto es de larga amplitud.
Elaborador:
La Rioja Alta S.A., fundada en 1890 en el Barrio de la Estación de Haro, es una bodega emblemática de la región de Rioja. Iniciada por cinco viticultores con el propósito de elaborar vinos de alta calidad, la compañía ha mantenido ese legado a lo largo de los años. Bajo la dirección técnica del enólogo francés Alfonso Vigier, la bodega ha cultivado una reputación por la excelencia en la elaboración y crianza de vinos.
Con dos bodegas complementarias, una centenaria en Haro y otra moderna en Labastida, La Rioja Alta gestiona 473 hectáreas de viñedos, principalmente en la subregión de la Rioja Alta. La Tempranillo es la variedad dominante, pero también se cultiva Graciano y Garnacha para agregar complejidad y carácter a sus vinos, incluyendo el icónico Viña Ardanza.
La empresa se ha destacado por su compromiso con la calidad, manteniendo una producción media de 5.000 kilogramos por hectárea, por debajo del límite establecido por la D.O.Ca. Rioja. Además, en 2015, en su 125 aniversario, La Rioja Alta invirtió en mejoras en sus instalaciones y adquirió 62 nuevas hectáreas de viñedo en Cenicero.
Puntuaciones:
Atkin 94 puntos.
Parker 92 puntos.
Suckling 95 puntos.
Producción:
80.000 botellas.