MABAL ROSE 2023

Viticultura:
Los viñedos trascurren entre montañas, esta parcela está situada a 900 metros con cepas de 20 años conducidos en espaldera y sin riego de apoyo. Están muy bien adaptadas a este terruño, en cultivo ecológico y certificado como tal, se utilizan abonos naturales orgánicos y como tratamiento preventivo sólo azufre y cobre.
Elaboración:
Uva vez seleccionada la uva en el viñedo, recogido en cajas, de manera manual, entra en bodega y se despalilla parte de la uva, se macera durante 3 horas con las pieles y se prensa muy suavemente, algunos de los racimos van enteros, sin despalillado para extraer el mosto flor.
La fermentación se realiza con sus levaduras autóctonas durante 52 días a una temperatura de 16º, permanece con sus finas lías durante un mes haciéndole un batonage cuatro veces a la semana, y no hay micro filtración, en la botella aparecen por lo tanto ligeramente sedimentos.
Clima:
Dentro del valle del Aceniche hay diferentes microclimas, pero se puede decir que el clima es continental con influencia mediterránea. Con acusadas variaciones entre dia y noche y entre estaciones, que junto con las horas de insolación, hacen que las uvas maduren lentamente y se obtengan uvas de calidad.
Las precipitaciones giran en torno a 400mm, y a veces en forma de nieve, existiendo una capa freática importante que le aporta agua a las plantas y evita el estrés hídrico.
Suelos:
Suelo calizo, que le aporta frescura y elegancia a este vino
Propiedades:
Vol. Alcohol: 13,5%.
Descripción del vino:
El vino presenta una nariz delicada, con notas de frutas rojas, especialmente fresa.
En boca, se percibe frescura y una buena acidez que proporciona equilibrio, con un paladar sedoso y rico en matices dulces.
El postgusto es largo, destacando nuevamente las notas de fresa.
Elaborador:
Empieza la historia de Bodegas Balcona, con el coraje de una mujer viuda y con dos hijos, en plena postguerra, valiente, que edifica la primera bodega con la intención de dar de beber a sus trabajadores.
Apodada “La Balcona” porque su casa tenía un balcón, el apodo pasa a su hija Dolores que junto a Antonio El Partal forma una familia, socio fundador de la Cooperativa, su vida transcurre entre viñedos.
Algo cambia en 1997 cuando conocen a Lluis Pérez Verdú, el que llevó un concepto nuevo de vino a Priorat, lo colocó en el mundo, e hizo resurgir esa zona, es el dueño de Mas Martinet.
Rompe el estereotipo de la manera que se hacía vino, analiza y piensa que “el único que puede transformar las cosas es la naturaleza, y nosotros, si somos inteligentes y estamos de acuerdo con ella, podremos encauzar el proceso para lograr nuestro propósito”, éste comienza a dejar más sarmientos, el fruto es más pequeño, aumentan los polifenoles, potenciando la calidad del vino.
Así con esa filosofía de respeto a la naturaleza, de mimar el viñedo, de hacer vinos de guarda, y con esa pasión que siente, logra contagiar e inspirar a Pepa y a sus hermanos a empezar el camino hacia el futuro, sin olvidar el pasado de una tierra mágica.