ABADIA DE SAN QUIRCE 2020 ROBLE

Viticultura:
La viticultura en este proyecto se basa en una cuidadosa selección de viñedos plantados en vaso en el municipio de Gumiel de Izán, a una altitud media de 825 metros sobre el nivel del mar. Con una extensión de 25 hectáreas, estos viñedos tienen entre 30 y 50 años de edad, lo que indica una madurez que puede influir en la calidad de la uva. El suelo predominante es limo-arcilloso, lo que proporciona una buena retención de agua y nutrientes, favoreciendo así el desarrollo equilibrado de las vides. En resumen, estas condiciones de altitud, edad de los viñedos y características del suelo contribuyen a la calidad y singularidad de los vinos producidos en esta región.
Elaboración:
Durante la elaboración, se obtiene un rendimiento de 4.800 kilogramos por hectárea. La vendimia se realiza de forma manual, con una cuidadosa selección de uvas despalilladas a su llegada a la bodega. La fermentación tiene lugar en depósitos de acero inoxidable, con control de temperatura entre los 26 °C y los 28 °C, asegurando una fermentación adecuada y controlada. Además, la fermentación maloláctica se lleva a cabo también en depósitos de acero, completando así el proceso de vinificación.
Envejecimiento:
Después de la vinificación, el vino pasa por un período de envejecimiento en barricas de roble americano y francés de 225 litros durante 6 meses, lo que permite la incorporación de aromas y sabores característicos de la madera. Posteriormente, el vino se embotella y permanece al menos 6 meses adicionales en botella antes de salir al mercado, permitiendo una adecuada integración de los componentes y el desarrollo de la complejidad y suavidad características.
Añada:
La añada 2020 se caracterizó por temperaturas medias algo más elevadas de lo habitual durante los primeros meses del año. El invierno fue más suave de lo esperado, seguido de una primavera más cálida que en años anteriores.
Clima:
El clima continental tiene un impacto significativo en los viñedos debido a sus características particulares. Este tipo de clima se caracteriza por tener estaciones marcadas con veranos calurosos e inviernos fríos. Para los viñedos, esto significa una variación de temperatura considerable a lo largo del año, lo que puede influir en el ciclo de crecimiento de la vid y en la maduración de las uvas. Los veranos cálidos pueden favorecer la maduración completa de la uva, mientras que los inviernos fríos pueden ayudar a controlar enfermedades y plagas. Sin embargo, las heladas tardías en primavera y las temperaturas extremas en verano pueden representar desafíos para la vid. En resumen, el clima continental puede proporcionar condiciones favorables para la producción de vinos de calidad, pero requiere una gestión cuidadosa y atención a las fluctuaciones climáticas.
Suelos:
El suelo limo-arcilloso es una combinación de limo y arcilla, lo que proporciona características beneficiosas para los viñedos. Este tipo de suelo retiene bien la humedad, lo que es ventajoso durante períodos de sequía, asegurando un suministro constante de agua para las raíces de la vid. Además, la textura fina del limo-arcilloso permite una buena retención de nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas. Sin embargo, su estructura también puede dificultar el drenaje, lo que requiere una gestión adecuada para evitar problemas de encharcamiento. En resumen, el suelo limo-arcilloso proporciona un equilibrio entre retención de agua y nutrientes, lo que puede contribuir al desarrollo saludable de los viñedos y a la calidad de las uvas.
Propiedades:
Vol. Alcohol: 14,5%.
Descripción del vino:
El vino presenta un color cereza intenso en la vista.
En nariz, exhibe una aromática directa, bien definida e integrada, donde se destaca el equilibrio entre la fruta y la barrica. Los aromas dominantes incluyen fruta roja madura, frutos silvestres y notas de monte bajo, complementadas por matices balsámicos, minerales y especiados.
En boca, se percibe una estructura equilibrada y carnosa, con taninos redondos. La acidez proporciona frescura, contribuyendo a un posgusto largo y afrutado.
Elaborador:
La Bodega Abadía de San Quirce, establecida en Gumiel de Izán y La Aguilera en 1998 por la familia Antolin y viticultores asociados a la Ribera del Duero, se distingue por su búsqueda constante de la excelencia. Con 52 hectáreas de viñedo propio, algunas con más de un siglo de antigüedad, destacan por su compromiso con la calidad y la tradición vitivinícola. Especializados en la variedad autóctona Tinta Fina, aprovechan las particularidades de microclima y suelos variados de la región para producir vinos únicos que reflejan su terruño. Desde la vendimia manual hasta la crianza en barricas de roble y el afinamiento en botella, cada etapa del proceso de elaboración se realiza con meticuloso cuidado. Un sistema de gestión de calidad garantiza la autenticidad y excelencia de sus vinos, consolidando así su posición en la escena vinícola de Ribera del Duero.
Producción:
90.000 botellas.