VOLADOR 2022

Viticultura:
El Vino Volador 202 meses de Josep Grau es el resultado de viñedos ubicados en la cautivadora región de Marça en Monsant. Aquí, algunas vides se cultivan en el sistema de vaso, mientras que otras se despliegan en espaldera utilizando el cordón Royat. Estos valiosos viñedos, con una edad que oscila entre los 15 y 45 años, son cultivados con un enfoque totalmente orgánico, sin el uso de herbicidas ni pesticidas que puedan interferir con la pureza de las uvas.
Elaboración:
El proceso de elaboración es una verdadera obra de arte enológica. La vendimia se realiza meticulosamente a mano, y las uvas no son completamente despalilladas, conservando un delicado toque de raspón, antes de pasar a unos impresionantes depósitos de hormigón de 17.700 litros. Aquí, las levaduras salvajes conducen tanto la fermentación alcohólica como la maloláctica, mientras que el equipo de bodega sigue una filosofía de mínima intervención, permitiendo que el vino conserve su esencia natural, sin correcciones ni manipulaciones.
Este vino es el resultado de un coupage exquisito, compuesto por un 85% de garnacha tinta y un 15% de cariñena, logrando mantener íntegra la identidad y el estilo de la cosecha.
Envejecimiento:
El Vino Volador 202 meses ha sido envejecido en esos majestuosos depósitos de hormigón durante 6 meses, tiempo suficiente para impregnarlo de frescura y ligereza, sin enmascarar su auténtica esencia, destacando con orgullo su origen.
Añada:
La añada 219 nos brinda una frescura inigualable. Un verano más breve y posiblemente más intenso, con notables diferencias térmicas entre el día y la noche, ha contribuido a realzar los cautivadores aromas de este elixir.
Clima:
El clima que rodea estos viñedos es principalmente mediterráneo, aunque algunas pequeñas parcelas también experimentan influencias continentales. Esta característica climática confiere al vino una personalidad musculosa y con cuerpo, lleno de carácter frutal.
Suelos:
Los suelos arcillo-calcáreos predominantes, conocidos como «Panal», junto con algunos viñedos que cuentan con piedra, arena y licorella, son los artífices de la mineralidad y el equilibrio excepcional que distingue a este vino.
Propiedades:
Con un contenido alcohólico del 14%, el vino presenta un nivel de sulfuroso total por debajo de 50 g/L, únicamente utilizado para asegurar el transporte y la óptima conservación del vino. Además, cuenta con un delicado residuo de azúcar de 0,20 g/L.
Descripción del vino:
Este maravilloso vinose presenta a la vista con un atractivo color granate y una extracción sutil que anticipa la riqueza de su perfil organoléptico.
En nariz, se despliega como una pura esencia frutal, expresando con fuerza su lugar de origen en Monsant, bajo la influencia del cálido clima mediterráneo y la protagonista Garnacha, que en esta añada ligeramente más fresca, muestra su personalidad más distintiva. La fermentación en los depósitos de hormigón también añade un carácter primario y elegante, resaltando las notas de frutas rojas como la fresa. La mineralidad proviene de la Licorella, un suelo de pizarra típico de la región y del Priorat, que someten a las vides a un estrés nutricional e hídrico, realzando así la calidad y singularidad de los vinos. La fermentación maloláctica aporta sutiles notas lácticas de yogur de fresa, mientras que al fondo, un refrescante toque vegetal no verde, complementa su complejidad aromática.
En boca, este vino deleita con una vibrante sensación de fruta viva, fresca y mineral, desprovista de artificios, expresando con magnificencia sus sensaciones primarias.
Elaborador:
Detrás de este exquisito proyecto se encuentra Josep Grau, un apasionado viticultor en Marça, Monsant. Más del 70% de su producción es exportada, lo que demuestra la calidad y el atractivo de sus vinos. Con una gestión de 26 hectáreas de tierras diversas y únicas, Grau se dedica con devoción a crear vinos honestos que reflejen fielmente su origen. Desde la poda hasta la vendimia, todos los trabajos se llevan a cabo de forma manual, y la viticultura se mantiene libre de herbicidas y pesticidas.
Pero más allá de ser solo un proyecto, esta bodega lleva consigo una apasionante historia que refleja la valiente transición de Josep Grau, de ser un bróker a convertirse en un viticultor, cumpliendo así su sueño de aventura rural y enológica. Impregnados de esfuerzo, pasión y una genuina ilusión, los vinos de Josep Grau son el reflejo de su distintiva personalidad y dedicación.