ABADIA DE SAN QUIRCE 2019 CRIANZA

Viticultura:
Los viñedos se encuentran plantados en sistema de vaso en el área de Gumiel de Izán, a una altitud superior a los 800 metros sobre el nivel del mar. Tienen una edad promedio de 35 años.
Elaboración:
El rendimiento alcanza los 4.100 kilogramos por hectárea y la cosecha se realiza de forma manual. En la bodega, se procede a la despalillación de los racimos con una cuidadosa selección manual de las uvas. La fermentación se lleva a cabo en depósitos de acero inoxidable con control de temperatura para asegurar las condiciones óptimas.
Envejecimiento:
El vino envejece durante aproximadamente 12 meses en barricas de roble francés. Posteriormente, antes de su comercialización, pasa un período adicional de tiempo embotellado, donde continúa su afinamiento hasta alcanzar su punto óptimo.
Clima:
El clima es continental y se caracteriza por tener variaciones extremas de temperatura entre las estaciones, con inviernos fríos y veranos calurosos. En este tipo de clima, los inviernos suelen ser muy fríos, con temperaturas bajo cero, mientras que los veranos son calurosos, con temperaturas que pueden superar los 30 grados Celsius. Las precipitaciones suelen ser moderadas y concentradas en primavera y verano, con inviernos secos. Este clima puede influir en la maduración de las uvas, con veranos calurosos que pueden ayudar a alcanzar niveles óptimos de azúcar y acidez en la fruta, pero con el riesgo de que las temperaturas extremas afecten negativamente a la vid.
Suelos:
El suelo arcillo-calcáreo proporciona a los viñedos una combinación óptima de características. La arcilla retiene la humedad necesaria para el crecimiento de las vides, mientras que la caliza promueve un buen drenaje y aporta minerales importantes para el desarrollo de las uvas. Esto puede resultar en vinos con una buena estructura, equilibrio y una expresión de terruño única, con notas minerales y una acidez refrescante.
Propiedades:
Vol. Alcohol: 14,5%.
Descripción del vino:
El vino presenta un aspecto visual de capa media-alta, con un color rojo picota intenso, limpio y brillante.
En nariz, exhibe una amplia gama de aromas frutales y sutiles notas de crianza, destacando frutos silvestres, matices minerales como grafito o hierro, junto con toques de monte bajo y maderas finas.
En boca, se aprecia una buena estructura tánica con una sensación de firmeza equilibrada, sin asperezas rústicas, resultando sabroso y amplio al paladar.
Elaborador:
La Bodega Abadía de San Quirce, fundada en 1998 por la familia Antolin y viticultores de la Ribera del Duero, se destaca por su búsqueda constante de la excelencia. Con viñedos propios de hasta 100 años de antigüedad y una superficie total de 52 hectáreas, cultivan principalmente la variedad autóctona Tinta Fina.
Ubicados en el corazón de la Ribera del Duero, aprovechan un microclima único y una diversidad de suelos para producir vinos con carácter propio. La vendimia manual es seguida por una cuidadosa selección y una fermentación controlada en depósitos de acero o cubas de roble francés. Después de la fermentación maloláctica, los vinos pasan por una crianza en barricas nuevas de roble americano o francés, seguida de un período de afinamiento en botella.
La calidad y autenticidad de sus vinos están garantizadas mediante un riguroso Sistema de Gestión de la Calidad que controla todo el proceso de producción, desde el viñedo hasta el embotellado, asegurando la trazabilidad en todo momento.
Puntuaciones:
Atkin 90 puntos.
Peñín 92 puntos.
Suckling 91 puntos.