DOLÇ LES FRESES DE JESUS POBRE 2022

Viticultura:
El viñedo se encuentra situado en el Parque Natural del Montgó (Alicante) a escasos Kilómetros del mar de Denia, comprende 6,5 hectáreas, dichas viñas fueron plantadas en el 2009.
Antiguamente fue una plantación de fresas que abandonaron y quedaron en esa tierra, lo que hace diferente el suelo.
Se le practica una poda en verde para encontrar el equilibrio entre el rendimiento y la calidad.
Elaboración:
La uva se pasifica en la planta fermentando con sus levaduras autóctonas pero con un pie de cuba para hacer la siembra a una temperatura controlada de 16º en depósitos de acero inoxidable.
Posteriormente se le añaden tres grados de alcohol vínico.
Envejecimiento:
El envejecimiento es una crianza de 6 meses sobre sus lias finas en acero inoxidable.
Clima:
El clima es mediterráneo suavizado por la cercanía al mar en Denia.
Suelos:
Suelos arcillosos y calizos, que le confieren las propiedades idóneas de retención de agua y evidentemente retención del calor para que la uva madure lentamente guardando la fruta los aromas primarios.
Propiedades:
Vol. alc.: 16%
Descripción del vino:
A la vista presenta un color dorado intenso.
En nariz destacan los aromas a pasas, a almendra y a heno, junto a fruta de hueso maduro.
En boca en cálido y envolvente, amielado, denso y untuoso, aunque con una acidez que no lo hace empalagoso.
Elaborador:
La particularidad de esta bodega y en definitiva de sus tierras es que en los años 70 hubo una plantación de fresas, por eso ellos dicen “donde otros soñaron fresas, nosotros criamos viña”, se encuentra este terrero a escasos kilómetros del mar de Denia (a veces se puede oler el salitre en el ambiente) junto al Parque Natural del Montgó y también junto a una pequeña localidad llamada Jesús Pobre.
Los campos fueron abandonados y la tierra los hizo suyos, enterrando las antiguas plantas y creando, casi sin querer el germen delo que hace tan especial sus vinos.
Una tierra que enamoró a los íberos, a los romanos, a los piratas y a Alejandro Dumas.
Muy cerca en alto de Benimaquía se encuentran los restos de la primera bodega de Europa.
Todo ha permanecido inmutable: el Montgó, el mar y la forma de entender la vida y el vino.