FRORE DE CARME 2018

Viticultura:
Los viñedos se encuentran en zonas privilegiadas dentro de la variada orografía del Valle del Salnés. Cepas de más de 30 años plantadas sobre suelos franco arenosos que son cultivadas bajo preceptos biodinámicos y marcado por los ciclos lunares y cósmicos.
Una vez la uva alcanza su nivel óptimo de maduración se vendimia de forma manual.
Elaboración:
De fermentación espontánea, sin manoláctica y de crianza prolongada sobre sus propias lías. Primero recogen la uva de manera manual en el viñedo y después realizan un cribado en bodega. La uva seleccionada será macerada sobre 8h aproximadamente. Se realizan pies de cuba días antes para que la fermentación arranque de manera natural con sus propias levaduras “salvajes”, fermenta a una baja temperatura muy prolongada en el tiempo. Estuvo en crianza sobre lías finas, realizándose batonage mensual, en tanques de acero inoxidable durante 1 año, más 3 meses con lías de la añada siguiente. Solo se elabora en las añadas que consideran excepcionales.
Envejecimiento:
Primero se envejece durante 1 año con sus propias lías. Seguidamente se le adicionan lías de la añada siguiente para concederle 3 meses. Necesitó 6 meses de maduración más y 1 año de crianza en botella.
Clima:
Por la proximidad al océano suelen tener abundantes precipitaciones durante todo el año con un ligero descenso en los meses de verano. Se llegan a recoger entre 1.000-2.000mm anuales. Los inviernos suelen ser suaves o fríos y los veranos frescos.
Suelos:
Los suelos franco arenosos, equilibrados entre arena y limo, proporcionan un buen drenaje y permiten un desarrollo adecuado de las raíces de la vid. Esto puede resultar en vinos con buena concentración de sabores, frescura y expresión frutal, además de una mineralidad característica del terroir.
Propiedades:
Vol. Alcohol: 13,0%.
Descripción del vino:
El vino presenta un color amarillo pajizo y brillante en la fase visual.
En la fase olfativa, exhibe una intensidad penetrante y compleja, con aromas a flores blancas, madreselva, notas balsámicas, eucalipto, hinojo, mentolados, fruta blanca como manzana y pera, así como notas cítricas y piel de limón.
En la fase gustativa, se caracteriza por ser graso, con gran peso en boca y equilibrio, aportando una frescura y mineralidad destacadas. Se perciben también notas cítricas y una acidez bien integrada, resultando en un vino sabroso, largo y persistente.
Elaborador:
Eladio Piñeiro fundó en 1983 Mar de Frades, Albariño de Rías Baixas. Pero llegó a una época de su vida en la que ya no se sentía desarrollado por lo que hacía (o más bien por como lo hacía). La marca ya era demasiado grande y demasiado industrial. En las antípodas de su sueño de vinos personales y de terroir. La enfermedad de su mujer le hizo replantearse muchas cosas. Sobre todo a lo concerniente de cómo tratamos a nuestro ambiente, cómo lo exprimimos hasta agotarlo, sin entender lo que realmente puede darnos.
Eladio Piñeiro explica que vender Mar de Frades fue una decisión dolorosa pero liberadora. Para él no era un futuro apacible sino desasosiego. Su filosofía no era maltrato a la tierra. La liberación fue su siguiente proyecto, Frore de Carme, con una visión integral, holística del viñedo, la bodega y los vinos. Ese es el universo en el que ahora sí está cómodo.
Por eso vendió su bodega en 2003 para resurgir con Frore de Carme. Carmen en honor a su mujer y ahora sí: vinos originalísimos que reflejan su enorme personalidad y sabiduría. No esperéis albariños al uso. Las elaboraciones de Eladio son rompedoras.
Pero no son rebeldes sin causa. Su rebeldía tiene una causa y efecto. Todas sus elaboraciones responden a una pregunta sobre cómo expresar mejor el terroir y cómo hacer mejores vinos.