DOMINIO DEL PIDIO BLANCO 2022

Viticultura:
Son 150 hectáreas de viñedos las que pertenecen a Cillar de Silos, situados alrededor de tres localidades al sur de la provincia burgalesa. Con una altitud media de 860 metros y 2800 cepas por hectárea, la bodega nos sorprende con un negocio familiar de años de tradición. Cuenta con suelos franco-arenosos y un clima continental extremo. Sus viñedos están cubiertos por bosques de excelente drenaje.
Elaboración:
La excepcional cosecha de Dominio del Pidio Blanco 2022 se distingue por su meticulosa elaboración desde el corazón de la prestigiosa región de la Ribera del Duero. La vendimia se realiza de forma manual en pequeñas parcelas, donde las viñas, algunas con hasta 100 años de antigüedad, se aferran a suelos franco-arenosos con composiciones arcillosas. Estas parcelas, ubicadas a una altitud de aproximadamente 890 metros, contribuyen a la singularidad de este vino. La fermentación tiene lugar en contenedores de cemento, descendiendo a 18 metros bajo tierra para aprovechar las condiciones ideales.
Envejecimiento:
El extraordinario vino blanco Dominio del Pidio Blanco 2022 se distingue por un envejecimiento meticuloso en barricas de roble francés, complementando su elegante perfil con características únicas. Reposa en estas barricas durante 8 meses.
El envejecimiento en barricas de roble, combinado con la agricultura respetuosa que respalda su origen, contribuye a la creación de un vino blanco excepcionalmente equilibrado. El Dominio del Pidio Blanco 2022 logra un matrimonio armonioso entre la frescura de la uva y la riqueza que aporta la crianza en madera, dando como resultado un vino que captura la esencia única de su región y el arte de la vinificación
Añada:
La añada de 2022 en las parcelas de Cillar de Silos, ubicadas en la provincia burgalesa fue muy buena. Se trató de una meteorología complicada por la sequía y el calor, pero el resultado ha resultado excelente.
Clima:
El clima de la bodega Cillar de Silos, situados en zona de Burgos de la región de Castilla y León, es continental. Por lo tanto, tiene inviernos fríos y veranos calurosos, llegando a veces a temperaturas extremas. Es cercano al Río Duero, que tiene influencia en la moderación de temperaturas. La baja pluviometría, especialmente en el estío, se encuentra entre los 400 y 600 mm anuales. Esto reduce el riesgo de enfermedades fúngicas y permite un control más preciso sobre el riego.
Suelos:
Los suelos variados de la región derivan en distintas variedades de vino. En la provincia burgalesa, donde se encuentra Cillar de Silos, predominan los franco-arenosos, lo que contribuye a disponer de un entorno favorable para el cultivo de uvas. Proporciona buenas condiciones de drenaje, aireación y retención del calor que influyen en la calidad de la uva.
Propiedades:
Vol. Alcohol: 13,5%.
Descripción del vino:
En vista cautiva con su color amarillo pajizo, salpicado de matices dorados que sugieren su distinguido carácter.
En nariz, se desvela una armonía de aromas con notas confitadas y la irresistible fragancia de melocotones en almíbar. También se perciben sutiles tonos minerales que añaden complejidad, mientras un fondo calizo completa una experiencia olfativa excepcional.
En boca, este vino revela su personalidad única. Ligero y fresco, deleita con un toque picante que despierta los sentidos. Su carácter fácil de beber se ve resaltado por una buena acidez que, en perfecta armonía con las sensaciones minerales, crea un conjunto notablemente elegante.
Elaborador:
El inicio de la bodega Cillar de Silos se remonta a 1970, cuando Amalio Aragón compra diversas parcelas de alta calidad con un pensamiento en mente: convertirse en viticultor. Fue en 1994 cuando fundó la bodega junto a sus hijos. Y un año después tuvo lugar la primera cosecha. Así se creó un gran negocio familiar cuyo nombre hace referencia a un monje que se encargaba de colocar la despensa o cillero con el vino y otros alimentos en el Monasterio de Silos.
Un negocio que apuesta por el producto nacional y que se ha convertido en un referente bodeguero en la región de Castilla y León. Trabajan con más de 150 hectáreas de viñedos que se distribuyen alrededor de tres localidades burgalesas: Quintana del Pidio, La Aguilera y Gumiel de Mercado. Además, cuenta con una bodega subterránea de finales del siglo XVI, que dispone de temperatura y humedad constantes durante todo el año e idónea para la viticultura.